Acercamiento a la educación superior de los pueblos originarios de Chihuahua
POR: Mtra. Amelia García Ramírez.Antropóloga social egresada de la ENAH CHIHUAHUA.Maestra en Educación por el Centro de Investigación y Docencia (CID). (Docente de tiempo completo de la EAHNM-Unidad Creel).
Indígenas universitarios en la posada del
PUI, 2008.
Educación superior indígena en América Latina
En la década de 1990
comenzaron a gestarse cambios en los sistemas educativos de nivel superior de
América Latina. Entre ellos se encuentra la inclusión de miembros pertenecientes
a los pueblos originarios quienes anteriormente habían estado excluidos de
dicho nivel educativo, se trata de un derecho que diversas organizaciones indígenas han venido exigiendo a sus
respectivos gobiernos, tales como el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)
y la Organización Indígena de Antioquia (OIA) en Colombia; y la Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) en Perú, por citar
algunas.
Los pueblos no sólo han
buscado el acceso, sino también, una educación superior acorde a sus
necesidades económicas, sociales y culturales. El caso de Nicaragua es un
ejemplo de ello, y uno de los primeros
países en constituir una universidad con pertinencia cultural. En 1995
representantes afrodescendientes e indígenas de las regiones autónomas fundan
la Universidad de las Regiones
Autonómicas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN), con la participación de
organizaciones regionales, autóctonas e internacionales (Hooker, 2008).
La educación superior
entre los pueblos es un fenómeno social reciente, por lo que aún existe una
escasez de fuentes que hablen sobre el tema. Se ha encontrado principalmente
información elaborada a partir de los encuentros, foros, reuniones y seminarios
llevados a cabo por diferentes instituciones educativas y gubernamentales de
los países latinoamericanos, así como la participación de la UNESCO, entre
otros actores.
El primer encuentro se
realizó en Guatemala el 2002. En dicho encuentro se analizaron temas como las
políticas educativas, equidad, pertinencia y calidad de la educación superior
indígena (Schmelkes y Rama, 2004). También se reconoció la necesidad de
aumentar el acceso de los indígenas a la educación superior. El segundo
encuentro se efectuó en Hidalgo, México en el 2003 y permitió dar continuidad a
lo establecido en el primero. Fue convocado por la Coordinación General de
Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública
(SEP) de México y el Instituto Internacional para la Educación Superior en
América Latina y el Caribe (IIESALC) de la UNESCO (Ibíd. p. 11).
En estos encuentros
destacó la necesidad que tienen los pueblos de contar con profesionistas de
origen étnico, para que impulsen en sus comunidades el desarrollo, bajo las
propias concepciones culturales. También permitieron dar a conocer la situación
(si bien de manera no tan profunda pero importante como antecedente) de la
educación superior entre los indígenas en América Latina, extendiendo así el
interés por parte de gobiernos, instituciones educativas, organismos no
gubernamentales, investigadores y demás, a nivel internacional.
Asimismo, los países latinoamericanos han venido
desarrollando en las últimas décadas diferentes proyectos y programas con el
fin de favorecer el acceso, permanencia y egreso de los indígenas en el sistema
educativo superior, iniciativas en las
que han participado los gobiernos, las universidades y las organizaciones
indígenas, civiles y religiosas. Al
igual, diversos convenios y
declaraciones internacionales, organismos de cooperación internacional así como el reconocimiento legal de la diversidad
cultural han favorecido la promoción de
la educación superior entre los indígenas.
Panorama
nacional
Si en México y en
América Latina, en general, la educación básica para los indígenas enfrenta
hasta hoy serios problemas de falta de cobertura e infraestructuras, calidad
pedagógica y pertinencia cultural, dichos problemas son aún más graves a nivel
de la educación superior, un espacio que en gran medida ha sido
tradicionalmente vetado para los jóvenes indígenas.
En los últimos
años, el gobierno mexicano ha ideado una
serie de estrategias para apoyar el acceso y permanencia de los indígenas en la
universidad, mediante la creación de políticas educativas como las establecidas
en el “Programa Nacional de Educación 2001-2006” , el cual establece
entre sus metas la de ampliar la cobertura educativa en el nivel superior entre
los grupos sociales más desposeídos económicamente, así como la creación de
centros educativos. Como resultado de esta política, surge en el 2001 el
Programa Nacional de Becas (PRONABES) que busca cumplir con lo estipulado.
También fue creada la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe
(CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que impulsa la creación de
universidades interculturales. Asimismo, en el Programa Nacional de Desarrollo
2007-2012 se reafirma el compromiso con la equidad fortaleciendo al
PRONABES, y en general a la educación
superior mediante nuevas becas para servicio social, vinculación, titulación, excelencia y superación profesional. Al
menos, de forma declarativa, la educación superior se reconoce entonces como la
vía que permitirá alcanzar el desarrollo
del país.
El
caso de los indígenas universitarios de la sierra Tarahumara
En Chihuahua fue hasta el año 2005
cuando se atiende la educación de los indígenas a nivel superior, mediante el Programa Interinstitucional de
Atención al Indígena (PIAI), hasta esos años la presencia de estudiantes
indígenas de la Tarahumara en la educación superior era mínima. Este programa
es un espacio en el que se analizan las diferentes problemáticas de los grupos
étnicos del estado de Chihuahua con la participación de algunas instituciones
gubernamentales, académicas, religiosas y civiles comprometidas con el medio
indígena. La dinámica de trabajo consiste en la organización y operación de
tres mesas de diálogo: 1) recursos naturales, 2) justicia y derechos humanos, y 3) educación[2].
A partir de las propuestas de la mesa
de educación del PIAI se buscó promover
una política de equidad, que se planteó en primer lugar a la Universidad
Autónoma de Chihuahua (UACH), y surgió así en un primer momento el programa
PIAI-UACH, que promueve el acceso de los indígenas a la universidad, así como
su permanencia en la misma por medio de una serie de apoyos económicos y
académicos. Entre 2006 y 2007, el PIAI realizó varias gestiones con otras
universidades (no sólo públicas sino también privadas) para ampliar la
cobertura educativa, y surgió así, dentro del marco de trabajo del PIAI, el
Programa Universitarios Indígenas (PUI) con la finalidad de obtener los apoyos necesarios para que los indígenas
concluyan una carrera profesional, pero ahora de una manera más coordinada y
equitativa.
Estudiante rarámuri
del ITCH II, 2008.
De la misma manera, la inclusión de
jóvenes indígenas a las universidades se
debe al papel que en ello juegan las redes sociales a las que acceden los
estudiantes al momento de concluir sus estudios de educación media superior. Se
entiende por red social, un espacio de enlace en el que se llevan a cabo
diferentes tipos de relaciones sociales, que permiten a las personas
utilizarlas como medio para alcanzar un fin determinado. Generalmente en estas
relaciones sociales las personas encuentran diversos tipos de apoyos, sean de
carácter económico o de otra índole. En el
caso de los estudiantes indígenas, existen cuatro tipos de redes de
apoyo: redes sociales familiares, redes sociales institucionales, redes de
apoyo magisterial y redes estudiantiles de amistad y paisanaje. Todas ellas han
permitido que el estudiante indígena reciba información sobre la universidad y
carrera que cursa, apoyo financiero, resolución de problemas de hospedaje y
alimentación al momento de llegar a la ciudad. Según lo constatan las
trayectorias educativas realizadas, la
red social familiar es la más importante de todas. Sin el permiso o el apoyo
(generalmente moral, y en menor medida económico) de la familia, los indígenas
difícilmente lograrían acceder a la universidad, lo que muestra que al interior
de las familias indígenas la educación juega un papel fundamental al apoyar a
los hijos a que desarrollen una actividad ajena a las que desempeñan
tradicionalmente sus padres; hay familias indígenas que están invirtiendo más
en la educación universitaria que en las actividades propiamente tradicionales.
Por su parte, las redes institucionales son aquellas derivadas de la acción de
instituciones gubernamentales, educativas o de la sociedad civil. Hasta el
momento la red institucional más importante con la que cuentan los indígenas de
la sierra Tarahumara para lograr acceder a la educación superior es el Programa
Universitarios Indígenas (PUI). Sin embargo, no todos tienen la posibilidad de
acceder a este tipo de red de apoyo, como es el caso de muchos de los jóvenes
estudiantes que concluyen sus estudios de bachillerato en las regiones pima y
guarijía. Así, el origen étnico cobra también relevancia a la hora de ingresar
a la universidad porque las oportunidades no son iguales para todos, siendo los
tarahumaras, y en menor medida los tepehuanes, los que hacen uso de esta red
social.
Otro tipo de redes sociales son las que
se configuran a partir de las amistades que rodean al joven estudiante
indígena. Generalmente éstas están integradas por maestros quienes juegan un
papel relevante. Algunos maestros de preparatoria impulsan a sus alumnos a
continuar estudiando, les informan sobre las opciones que tienen en cuanto a
universidades y carreras, les pagan el
transporte para que vengan a la ciudad a presentar examen de admisión y les
consiguen hospedaje o los recomiendan con algún conocido o familiar. Ya cuando
ingresan a la universidad algunos de sus
nuevos maestros también los orientan y les informan sobre las becas y apoyos
que pueden conseguir e incluso les tramitan sus becas o se las otorgan ellos
mismos. Las redes estudiantiles de amistad y paisanaje las conforman
estudiantes indígenas y no indígenas. Los estudiantes que pertenecen al PUI se
organizan en grupos y crean una red de apoyo, mediante la cual se prestan
dinero, viven juntos para compartir gastos e intercambian información sobre
posibles empleos, becas, casas de renta, etc. Por el contrario, los estudiantes
indígenas que no pertenecen a este programa no conviven con otros estudiantes
indígenas, sino con los no indígenas y establecen la misma dinámica en cuanto a
la red de apoyo.
Hay algunos estudiantes que no cuentan
con ningún tipo de red social al momento de ingresar a la universidad, por lo
que lo hacen de forma individual y se sostienen empleándose en algún trabajo.
Sin embargo, en el transcurso de la carrera encuentran redes sociales que les
permiten a estos estudiantes permanecer y egresar de sus carreras.
Conclusiones
En los últimos años, en efecto, la
matrícula universitaria indígena ha ido en aumento y esto se debe, en gran medida,
a la incidencia de las redes sociales a las que acceden y en las que llegan a
insertarse estos jóvenes universitarios. Es además, el Programa Universitarios Indígenas el que aporta el
mayor número de becas a los estudiantes y el que se encarga de la coordinación
entre algunas universidades, instituciones civiles y gubernamentales para que
más indígenas puedan acceder a este nivel educativo. Pero, a pesar de todo
ello, y tomando en cuenta el número total de instituciones de educación
superior existentes en el estado de Chihuahua, son pocas las universidades que
colaboran con este programa.
Es
importante, además, señalar la manera en que se está formando esta nueva “elite
profesional indígena” en la ciudad de Chihuahua. Serán estos jóvenes los que en
un futuro decidan qué camino seguir; y si en ese futuro está incluida la
práctica de la capacidad reivindicativa que logren con la obtención de los
conocimientos técnicos, académicos y culturales para ponerlos al servicio de
sus comunidades, o bien para la sociedad en general. Esto será según el grado
de aculturación que alcancen y será dependiente del medio de la institución
académica que los forme como profesionistas (educación formal), de su historia familiar
(educación informal), así como de su
propia convicción.
Referencias
bibliográficas
Hooker, A (2008).
“Contribución de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) al
proceso de construcción de un modelo de desarrollo intercultural, equitativo,
autonómico e integrador” En: Daniel Mato (coord.) Diversidad cultural
interculturalidad en educación
superior. Experiencias en América Latina. IESALC – UNESCO. Caracas.
Schmelkes, S; Rama, Claudio
(2004). “Presentación” En: María de Lourdes Casillas y Laura Santini (Comp.) Educación Superior para los Pueblos
Indígenas en América Latina. Memorias del Segundo Encuentro Regional. SEP. IESALC, México.
[1] Documento
basado en el libro: Indígenas universitarios de la Sierra Tarahumara. A la
búsqueda de un derecho negado, INAH-EAHNM, 2015.
[2]
En la mesa de educación participan: Coordinación Estatal de la Tarahumara
(CET), Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI),
Consejo Nacional para el Fomento Educativo (CONAFE), Instituto Chihuahuense de
la Educación para los Adultos (ICHEA), Fundación Tarahumara José A. Llaguno, Secretaría
de Educación y Cultura (SE y C) y la Fundación del Empresariado Chihuahuense
(FECHAC).
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